Dame de comer,
nutre mi ser,
pero ten cuidado,
ya no me gusta la carne
podrida.
Deja la leche,
alimento de infancia.
Deja el potaje,
alimento de paraje.
Deja la verdura,
alimento de cordura.
Deshazte de las moscas en las
roscas,
de las larvas en la olla,
la enfermedad me debilita
pero es el alimento del alma.
Y de nuevo
dame de comer
menjunje de entrañas.
Lo vomitaré y recrearé el
universo.
Mi universo.
Y de nuevo
dame de comer
carne con sabor a muerto,
se volverá de mis venas
y moriré entre carroña-
Pero descuida,
se me va a pasar.
Porque la luna aún no mengua.
Porque los monos no aúllan.
Porque entre las cenizas,
los gusanos emplumados duermen.
Duermen y se ríen entre
pelusas.
Se ríen de mi.
Se ríen de ti.
Se ríen de todo.
Pero no importa.
Mejor así
que si ellos no ríen, la fruta
se va a podrir.
Y si se pudre,
me voy a ir.
Sin respirar,
sin aliento,
voy a desaparecer tras un hueso
de perro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario