
Tanto furor en mis venas que ha
destruido y quemado las
fibras de mis sentimientos hasta dejar un simple puñado de cenizas. El arrepentimiento me pesa cada día mas, y el perdón no me deja de acechar. Perdí el brillo, ya no soy capaz de mirarte a los ojos, no sé que mal te he hecho, pero la frialdad me hiela la razón, solo pido un poco de compasión,
demaciado silencio quebranta mi mente y la
invade de un gris manto de soledad que encandila mi mirada hacia el exterior.
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