sábado, 3 de abril de 2010

El gato tanguero


"Todos los días cuando empezaba a oscurecer salía a la calle, caminaba un largo rato y luego entraba a un edificio viejo, con olor a cigarro y recuerdos, se sentaba cerca de la barra, nunca pedía nada. Cuendo el viejo lo veía entrar se acercaba a su vieja vitrola y ponía un disco de tango, él se quedaba por horas escuchando el disco, debés en cuando el viejo le daba un poco de leche, al fin y alcabo, a exepción de un par de borrachos él era su única compañía, el viejo le hablaba y el gato lo escuchaba, tenían un gran lazo en el silencio, dependían del otro sin dependerlo.
Luego cuando llegaba la hora de cerrar el gato marchaba junto al viejo hasta su casa, se acostaban y dormían, ambos tenían algo en común, ambos amaban el tango.

2 comentarios:

  1. Anaís, expongo públicamente mi admiración hacia ti -sé que no peudo ser objetivo: soy tu hermano- pero no sabía que también te gustaba escribir tus cosas, lo haces precioso, y estoy orgullosísimo de ti. Te queiro mucho y te extraño, y te seguiré leyendo atentamente. Tu hermano Pedro.

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  2. gracias hermano querdio!
    un saludo y un beso para ti y manu !!

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